1. Son muy caros
Aunque es cierto que, en general, siempre se puede encontrar un modelo de combustión más barato que cualquier eléctrico, hay que tener en cuenta que el precio medio de estos últimos ha bajado un 20% a lo largo del pasado lustro, según los últimos datos de la OCU.
El mercado de la conducción sostenible no ha hecho más que despegar y, conforme vayan saliendo nuevos modelos y gamas de coches eléctricos, sus precios también se adaptarán. Es decir, cuanta mayor sea la variedad, mayor será también la horquilla de precios, que es lo que ocurre actualmente con los modelos de combustión.
Por otra parte, no se deben olvidar las ayudas que se ofrecen desde el Gobierno y desde Europa a la adquisición de vehículos eléctricos, como las partidas de subvenciones correspondientes al Plan Moves III.
2. Son lentos
Existe una creencia extendida por la que se suele asumir que los coches eléctricos no pueden superar los 100 km/h. Si algún día esto fue así, lo que está claro es que esa cifra se dejó atrás hace mucho. Si bien es cierto que para aumentar su autonomía mediante una conducción más eficiente, algunos tienen limitada la velocidad a 150 kilómetros por hora, hoy en día hay muchos modelos que superan esa barrera. Por ejemplo, el Tesla Model 3, llega a los 225 y 261 km/h, dependiendo de la gama. Además, los 150 km/h seguirían siendo más que suficiente para circular por cualquier carretera con el margen necesario para adelantamientos.
3. Su mantenimiento es más caro que el de un coche de combustión
Tampoco es cierto. Principalmente porque en un coche eléctrico hay menos elementos que en un coche de combustión como, por ejemplo, el embrague, o la caja de cambios, por tanto, hay menos posibilidades de que alguna de sus partes se estropee. Además, tampoco requiere de tantos pequeños mantenimientos, como el cambio del aceite del motor, de los líquidos en la correa de distribución o de los filtros. En resumen, por su diseño, el coche eléctrico es mucho menos dependiente de las visitas periódicas al taller, lo que permite ahorrar hasta un 20% en comparación con un coche tradicional.
4. Contaminan lo mismo que un coche de combustión
Aunque durante la fabricación de un coche eléctrico se emita más contaminación que en el caso de un coche de combustión, si se tiene en cuenta todo el ciclo de vida útil un coche eléctrico contamina entre un 20 % y un 30 % menos.
5. No sirven para viajar
Sí que es cierto que los coches eléctricos son el mejor aliado para la ciudad, de hecho, se conciben con la idea de rebajar los niveles de gases contaminantes en esos lugares donde más se concentran los vehículos, las grandes urbes. Por ello cuentan con prestaciones típicas de la conducción por ciudad, como la frenada regenerativa para recuperar energía a través de las paradas obligatorias por pasos de cebra, semáforos y señales de stop. Sin embargo, los últimos modelos de coches eléctricos que han salido al mercado permiten hacer recorridos de entre 400 y 500 kilómetros sin tener que realizar cargas.
Entre los coches eléctricos con mayor autonomía de 2022, algunos de los favoritos han sido el Hyundai Ionic 5, con hasta 487 km, o el Skoda, con 458 km. En las gamas más lujosas destacan el Mercedes-Benz EQS, con 649 km, y el Tesla Model.